2020, ¡Qué año! Sin duda nos hemos enfrentado a uno de los más complicados de los últimos tiempos. La pandemia, con todas sus consecuencias políticas, sociales, económicas y emocionales sigue causando serios estragos en cada uno de nosotros; es por ello que diciembre 2020 se muestra particularmente complejo.
Pareciera que la época decembrina llega a presentarse como un periodo de paz y felicidad, sin embargo, muchas veces puede significar lo contrario. Es muy común que aparezcan tristezas, soledad, frustración, miedo, incertidumbre, y claro, con todo ello, mucha angustia.
Este 2020 ha sido un año de duelos, hemos perdido seres queridos, salud, empleos, libertades, certidumbre, encuentros, entre tantas otras cosas. Los festejos navideños y de Año Nuevo pueden traer consigo la intensificación de estas pérdidas, el recuento de las metas no alcanzadas, de los viajes no hechos, de las personas extrañadas… resulta entonces que puede aparecer una ruptura emocional, y esta discrepancia entre la expectativa que teníamos a principio de año y la situación real que nos atraviesa a todos, lleva a un episodio de angustia, a veces desbordada sin poder ser puesta en palabras.
La angustia nos remite a la parte más primitiva de cada uno, a nuestros vínculos más primarios, y la reacciones en cada uno son distintas. Algunos podrán manifestar una reacción depresiva, otros actuarán de manera maníaca, algunos no podrán dormir o comer, otros comerán mucho y otros más negarán la existencia de la enfermedad, etc.
En esta época de tan pocas certezas la angustia se presenta inherente a la vida. La propuesta es no pensarla como un afecto negativo el cual tengamos que dejar de sentir inmediatamente, si no como una oportunidad para preguntarnos sobre nosotros mismos, para pensarnos y escucharla en un espacio de acompañamiento como lo puede ser la psicoterapia.
Por ello, te invito a crear tu propio espacio de trabajo y crecimiento personal agendando una sesión con nosotros. ¡Te esperamos!