Frecuentemente escucho en terapia lo mucho que se ha visto afectada la vida de personas que tienen algún familiar alcohólico. Uno de los principales motivos de consulta es saber cómo ayudar a un familiar que padece dicha enfermedad.
Asimismo, las personas que conviven con algún alcohólico, tienen emociones encontradas como enojo, tristeza, miedo, culpa y otros sentimientos dolorosos que se contraponen al amor que sienten por dicha persona y a su necesidad de ser amados.
Los familiares de alguien que bebe en exceso, piensan que este podría dejar este mal hábito si sólo pusiera de su parte. Además de que no deja de hacerlo porque no los ama los suficiente.
Usualmente dicen cosas como:
-Si mis hijos y yo le importáramos a mi esposo, no hubiera echado a perder la Nochebuena. Llegó a casa ya estaba ebrio… todo terminó en gritos y en el llanto de los niños.
-Si mi hijo me tuviera alguna consideración no hubiera sacado mi carro durante la noche para ir a tomar con los amigos y no hubiera chocado.
-Cuando yo era chica, mi mamá solía emborracharse con su amante mientras mis hermanitos y yo, nos encerrábamos en la habitación temerosos de que pelearan y él la golpeara.
¿Te identificas con alguna de las anteriores?
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El alcohólico bajo la lupa de la salud
Las instituciones de la salud han catalogado al alcoholismo como una “enfermedad crónica, progresiva y a largo plazo, de consecuencias fatales.” 1
La principal característica del alcoholismo es la obsesión por beber y la falta de control sobre la bebida.
Estudiosos del tema sugieren que existe una predisposición genética a caer en el alcoholismo, pero también influyen otros factores como:
FACTORES AMBIENTALES
- Haber tenido padres que no controlaban su manera de beber
- Una infancia con carencias afectivas
FACTORES SOCIALES
- Hábitos de consumo de alcohol del grupo al que pertenece
- Publicidad de vinos y licores que fomentan actitudes positivas hacia la bebida como símbolo de éxito.
El ciclo del alcoholismo
En este punto es importante mencionar que por cada persona que bebe, hay muchas personas emocionalmente afectadas. La esposa y los hijos tiemblan de miedo ante la próxima borrachera, los padres ven al hijo consumiéndose, los amigos sienten como pierden poco a poco a un amigo con el que ya no tienen nada en común.
Desde el punto de vista emocional, una persona alcohólica no puede enfrentar la realidad porque esta los hiere profundamente, así que la evaden bebiendo. De la misma manera, el familiar tampoco puede enfrentar el hecho de que su ser querido esté afectado por este padecimiento. Debido a ello, tratará de evadir su propio dolor intentando cambiar sin lograrlo. Eso provocará que caiga en un círculo de angustia y frustración.
El alcoholismo vuelve a una persona dependiente del alcohol. Además de ello, las personas cercanas a él se vuelven dependientes emocionales de las actitudes y conductas del primero.
Esta es la razón por la cual, ante las promesas rotas, los episodios de violencia, el dinero gastado en borracheras, los padres que han echado al hijo de casa, o bien, la esposa que se ha separado varias veces, finalmente lo vuelven a aceptar porque no puede vivir con el, pero tampoco sin él.
Los miembros de la familia se aíslan socialmente porque no saben en qué momento se emborrachará y dirá o hará cosas inapropiadas que los avergüencen.
¿Qué puedo hacer?
Es muy importante tomar conciencia de que ha llegado el momento de dejar de centrarse en lo que hace o deja de hacer el familiar adicto. Independientemente de que él o ella continúen o no con su adicción, es recomendable que los miembros de la familia o amigos cercanos reciban ayuda psicológica.
Por medio de la psicoterapia los familiares pueden identificar y dar salida a su dolor para dar inicio a su recuperación emocional.
Terapia para personas con un familiar alcohólico
El proceso terapéutico les permite a los familiares entender que el alcohólico es en realidad un enfermo y que no basta con la fuerza de voluntad para curarse. De igual manera no podría hacerlo alguien que padeciera una enfermedad grave como el cáncer. La percepción del ser querido cambia y poco a poco puede pasar del enojo a la comprensión.
Otros aspectos importantes que se contemplan en la psicoterapia son:
- Aceptar que la persona bebe y actúa de cierta manera porque tiene un padecimiento físico y emocional.
- Analizar el hecho de que de nada sirve juzgar al bebedor y que, en cambio, tratar de mirarle bajo la perspectiva de que es un enfermo puede mejorar la relación entre ambos.
- Modificar actitudes que los llevan a criticar y reprochar al alcohólico ya que esto puede incrementar las ganas de beber para mitigar los sentimientos de culpa y la ansiedad que le provocan las recriminaciones.
- Aprender a poner límites. Los familiares deben hacer responsable al bebedor por sus actos, dejando de justificar sus faltas en la escuela u oficina. Tampoco deben pagar sus cuentas, sacarlo de la cárcel, etc. Así como no tolerar las conductas inadecuadas o agresivas cuando estas afecten la integridad física y emocional de los demás miembros de la familia.
- Aceptar que la otra persona tiene el derecho de decidir cómo vivir su vida. De tal manera que si continúa bebiendo no es responsabilidad ni culpa de nadie a su alrededor.
- Admitir que la recuperación del alcohólico le corresponde solo a él. Por lo tanto, no se le puede obligar ni forzar a que acuda a centros o grupos de rehabilitación si no es bajo su propia decisión.
En CuidadosaMENTE tenemos especialistas en adicciones y estamos para apoyarte.
5 comentarios en “Mi familiar es alcohólico”
¡Muy buen artículo! Gracias Doctora.
¡Muchas gracias, Rosa! Nos alegra que te haya gustado.
Muchas gracias por el articulo doctora.
Hola doctora!
Algo se del asunto y por experiencia se que es muy complicado convivir con un enfermero alcohólico, ellos dañan a por lo menos 10 personas en su entorno y los que estamos más cercanos en algunos casos tenemos algunas frustraciones, complejos o ambos.
Gracias por el artículo y sigue fortaleciendonos con estos artículos.
Saludos.
¡Gracias por tu comentario, Roberto!