En la vida todo ser humano tiene logros y derrotas. Estamos acostumbrados a enfocarnos en aquello que no nos sale bien o como teníamos planeado. Solemos sentirnos mal por ello y justo eso es algo que aprenderás a trabajar en esta meditación. Si te encuentras en un momento de desesperación y te gustaría aprender a tolerar la frustración de una manera saludable, te compartimos esta meditación que te ayudará a tratarte con amabilidad y compasión.
¿Qué sentimos cuando no logramos lo que deseamos/queremos?
En distintas ocasiones hemos dado lo mejor de nosotros mismos, nos esmeramos porque todo salga bien y cuidamos cada detalle con el fin de lograr un objetivo. Cuando por alguna razón o circunstancia no logramos llegar o conseguir esa meta, comenzamos a sentir frustración. La cual es un cúmulo de emociones que nos provocan sentirnos tristes, enojados y comenzar a juzgarnos a nosotros mismos por no haber dado un esfuerzo mayor.
Esta emoción se puede presentar en cualquier situación, ya sea escolar, laboral, amorosa e incluso porque no estamos avanzando en nuestros objetivos personales. El no lograr lo que deseamos nos puede llevar a sentir muchas emociones a la vez pero lo importante es que sepamos cómo las podemos gestionar de una manera saludable.
Por otra parte, cuando somos niños, es común que nadie nos enseñe a tolerar la frustración de una manera saludable, por lo tanto, los recursos de los que disponemos son escasos y tolerar esta emoción o vivirla, puede convertirse en un martirio.
¿Cómo puedes aprender a tolerar la frustración?
Hacerle frente a la frustración, puede llevarnos a revivir esa situación, sí, quizá nos volvamos a sentir tristes o enojados, pero recordemos que en esta ocasión es con el fin de conocer porque está haciéndonos sentir mal. Tomemos en cuenta que al hacer esta práctica no debemos juzgarnos, conectemos con los sentimientos que salieron a la luz a través de esta situación.
Cuando reconocemos qué es lo que nos produce malestar, podemos darnos cuenta que en ocasiones llegamos a ser sumamente duros con nosotros mismos cuando algo no sale como queremos. Comenzamos a tratarnos y hablarnos internamente de con una antoexigencia que suele tornarse violenta. Es importante que recordemos que los cambios vienen acompañados de la observación hacía nosotros mismos (es decir, de la introspección).
La manera en la que actuamos o la forma en la que nos hablamos que en muchas ocasiones suele ser feo, si nos tenemos paciencia para volver a intentarlo y ser compasivos con nosotros mismos, nos permitirá enfrentar la frustración de una manera mucho más fácil.