“No tengo tiempo”
“Quisiera que el día tuviera más horas para poder terminar todos mis pendientes, no les veo fin”
“Ya descansaré cuando se pueda”
¿Te identificas con alguna de estas frases?
El estrés se ha vuelto tan común para muchas personas que ya no saben cómo es vivir sin él. El trabajo, donde pasamos gran parte de nuestra vida suele ser una de las áreas en donde podemos experimentar mayor estrés.
Antes de compartir algunas recomendaciones para manejarlo, es importante entender un poco más sobre el estrés. Aunque tiene una función de adaptación, deja de ser útil cuando nos paraliza y abruma.
Síntomas de estrés
Cuando estamos bajo situaciones de tensión, los niveles de cortisol aumentan y puede provocar varios malestares en el cuerpo como:
- Dolores de cabeza
- Falta de energía
- Cansancio
- Fatiga
- Irritabilidad
- Dificultad para dormir
- Problemas de concentración
- Aumento o disminución de peso
- Problemas de digestión (estreñimiento o gastritis)
- Tics en el ojo
- Pérdida de cabello
Conocer estos síntomas pueden ayudarte a identificar si estás viviendo por algún episodio de estrés.
¿Por qué nos estresamos en el trabajo?
Existen varias razones por las que podemos sentirnos estresados en el entorno laboral:
- Exigencias y presiones que tal vez no se ajustan a nuestros conocimientos o capacidades
- Mala organización y gestión del tiempo
- Pensamientos relacionados con el miedo a lo que nos puede ocurrir como perder el trabajo, no entregar a tiempo o no cumplir con las expectativas
- Percepción de que no podamos superar las situaciones que estamos viviendo
Si te sientes identificado con alguna de estas situaciones, es momento de poner manos a la obra para generar un balance en tu vida, lo cual se reflejará en tu bienestar físico, mental y emocional.
Pasemos a la acción
Aunque suene trillado, para que tu trabajo esté bien, primero tienes que estar bien tú. Aquí te compartimos algunas actividades que pueden ayudarte a cuidar tu cuerpo y mente:
¡Respira!
Tomar conciencia de cómo estamos respirando ayuda a bajar el cortisol. Por ello, practicar la respiración consciente es una buena manera de que tu organismo se regule: inhala profundamente, sostén el aire y exhala. Comienza con 4 tiempos durante 3 repeticiones para ver cómo reacciona tu cuerpo. Recuerda que es importante respirar con el diafragma.
Cuida tu sueño
¿Alguna vez has escuchado sobre la higiene del sueño? Esto es clave para tener un buen descanso, trata de mantener la hora en la que te duermes, cuida lo que consumes de contenido, redes sociales y comida, evita sustancias que alteren tu sistema nervioso como la cafeína o el azúcar, procura estar en un ambiente oscuro y aleja el celular para evitar la luz azul.
Muévete
El ejercicio físico es una gran opción pero no tienes que hacer grandes esfuerzos o ir al gimnasio. Puedes caminar, estirarte o bailar para activar a tu cuerpo.
Relajación progresiva
Esta técnica consiste en tensar y destensar cada parte de tu cuerpo. Esto te ayudará a notar la diferencia entre tensión y relajación.
Enfócate en el presente
Poner atención a tu respiración puede ayudarte a conectar con lo que realmente está sucediendo, pregúntate: ¿cómo me siento hoy?, ¿cómo está mi cuerpo en este momento?
Medita
No necesitas poner tu mente en blanco o verte como alguien muy espiritual, sino conectar contigo mismo para descubrir tu interior y calmar tus pensamientos.
Aquí encontrarás algunas meditaciones guiadas.
Cuestiona tus pensamientos
Identifica los pensamientos que disparan tu estrés y pregúntate: ¿qué me estresa?,¿por qué me estresa?,¿cuál es la posible solución?
Renuncia al control
Querer tener el control de todo solo trae consigo la frustración porque no depende de ti. Así que pon atención a lo que está dentro de tus posibilidades y haz uso de tus habilidades y conocimientos. Cuando algo no depende completamente de ti: ¿cómo delegas?, ¿confías en tu equipo de trabajo?, ¿en quién te apoyas?
Dale valor a tu descanso
Estar ocupado todo el tiempo no es sinónimo de ser productivo o exitoso. Invierte tiempo en algo que te produzca placer, que te relaje y donde encuentres paz.
Ten momentos creativos
Pintar, colorear, escribir o bailar son excelentes formas de relajarte.
Rodéate de personas 'vitamina'
Comparte tiempo con tus seres queridos, aquellos que te nutren y te llenan de alegría, calma y energía.
Cambios en el trabajo
- Establece una rutina: A veces perdemos tiempo en cosas que no son importantes y después necesitamos de esos minutos para llevar a cabo las tareas que debemos cumplir. Establece un horario que te sirva de guía y compromiso para cumplir con tus actividades.
- Ponte metas viables: Es importante ser realistas y tomar en cuenta los factores que intervienen a la hora de realizar una tarea. Cada vez que te pongas una meta pregúntate: ¿cuál va a ser el costo de realizarla en ese tiempo?
- Aprende a decir “no”: Establecer límites es clave para el autocuidado. Si se te dificulta hacerlo, responde: ¿de qué te estás perdiendo por entregarte al trabajo o proyecto?
- Habla: identifica tu red de apoyo y acude a ella para poderles compartir cómo te sientes. Hablar libera y también ayuda a ver la situación desde otra perspectiva para tomar mejores decisiones.
- Crea una relación armoniosa con el trabajo: Reconéctate con tu profesión y pregúntate por qué y para qué trabajas tanto.
Recuerda que un buen desempeño laboral no se basa solo en tus conocimientos y aptitudes, también tiene que ver cómo afrontas las situaciones.
Escucha a tu estrés
Aunque no es agradable sentirnos estresados, es importante ponerle atención para identificar lo que nos quiere enseñar. El estrés nos ayuda a poner límites, establecer parámetros saludables, enfrentar obstáculos y hacer una pausa cuando es necesario.
Es mejor atenderlo a tiempo para evitar que te genere costos en salud, ánimo, relaciones y dinero. En CuidadosaMENTE podrás adquirir todas las herramientas necesarias para afrontar cada situación de la mejor manera.
Recuerda que el estrés es una forma de desequilibrio y desconexión entre tu mente, cuerpo y las circunstancias que te rodean.