Asertividad + vulnerabilidad

Para comprender la importancia de la asertividad y vulnerabilidad comenzaremos con el siguiente ejemplo:

En algún punto de nuestra infancia o adolescencia con tal de pertenecer, nos compramos la idea de que si expreso mi verdad puedo incomodar a alguien.

Por ejemplo:

  • Si alguien no me deja ver la tele, NO decirle que se haga a un lado para evitar incomodarlo.
  • Una persona hace algo que me incomoda y NO le pongo límites.
  • Determinada persona hace algo que me lastima y NO se lo comunico.
  • Decir NO sin dar explicaciones.

De ahí va escalando y en la adultez nos guardamos las cosas por “evitar un momento incómodo”. 

Esto nos termina afectando a la larga y quien se puso el pie desde el principio fuimos nosotros mismos.

"Esas malinterpretaciones van echando raíces dentro de nosotros hasta crear un resentimiento o llevándonos a una reacción explosiva en donde todo nuestro ser nos pide expresarlo ya."

¿Te ha pasado?
Tranquilo… ¡Esto tiene solución!

¿De quién es la responsabilidad de expresar si algo le incomoda?

Asimismo, la responsabilidad de expresar descontento e incomodad es tuya y de nadie más. 

Nadie lo va a hacer por ti porque nadie siente lo que tú sientes o a interpretar las cosas como tú lo haces ¿Cierto?

Les he recomendado a la mayoría de mis pacientes leer el libro de Walter Riso titulado “El derecho a decir NO”  donde por el simple hecho de leerlo da una sensación de empoderamiento y empezar a sembrar la semilla de que:

¡La asertividad está disponible también para mí!

¿Y cuál es la relación entre asertividad y vulnerabilidad?

Que nos da mucho miedo expresar nuestra verdad, sobretodo cuando tenemos miedo de perder a alguien, que nos rechace o que active alguna otra emoción incómoda. 

Esto causa ansiedad y solemos evitar tener esas conversaciones con tal de esquivar alguna reacción “catastrófica”.

Entonces el nivel de valentía para comunicar lo que sentimos y pedir lo que queremos requiere de la misma cantidad de vulnerabilidad. 

La buenísima noticia es que tiene una MAYOR recompensa. Y esta se hará notar en nuestra autoestima en el momento en el que yo le demuestro a mi cuerpo a través de mis acciones que:

  • Mi opinión es importante
  • Mis necesidades son escuchadas
  • Me permito expresarme
  • Que me veo, me respeto y me doy mi lugar

Y que esto no depende de otra persona sino de mí

 

Porque si yo me estoy comunicando y conectando con el otro a través de mi verdad:

  • Estoy validándome
  • Dándome voz
  • Me estoy viendo, expresando, respetando 
  • Estoy dándome mi lugar 

Esto a nivel emocional, mental, corporal y espiritual es poderosísimo y es una de las herramientas que más necesitamos como seres humanos para conectar y vivir nuestra verdad.

Psic. Caro Cortés
Psicóloga en CuidadosaMENTE

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *