Dismorfia corporal: aprende a identificarla

“¿Dismorfia que?, ¿corporal?, ¡estás mal!, la que necesita terapia eres tú, no yo.” Eso fue lo primero que le dije a mi prima cuando me dijo que estaba preocupada por mí, ya que hace unos días se dio cuenta de mi baja autoestima, mis cambios de humor, mi inseguridad al verme frente al espejo y peor aun, cuando le dije todos los defectos que obviamente yo veía pero que ella no notaba.

“Y ahí estaba yo, por cuarta vez en el día frente al espejo. Mirándome detenidamente, viendo como mi ojo izquierdo era más pequeño que el derecho. No podía dejar de pensar que la gente pensaría que estaba chueca, bizca y que era fea. Pasaba horas viendo mi cara, ¿eran mis cejas que no estaban alineadas? o ¿mi nariz? Y de repente ya estaba llorando de la frustración de nuevo, escondiéndome del espejo y buscando en mi celular el precio de una rinoplastia.”

Fue hasta entonces que comencé un proceso terapéutico, donde la psicóloga me explicó qué tenía y comprendí lo que me pasaba.

¿Qué es la dismorfia corporal?

La dismorfia corporal es un trastorno mental que se caracteriza por una preocupación excesiva por la apariencia física. Esta se deriva de una distorsión de la imagen, al punto que se vuelve una obsesión difícil de controlar e interfiere con la vida cotidiana, ya que no se puede dejar de pensar en ese “defecto” que según tenemos.

Esta preocupación se da por un defecto corporal, el cual puede ser mínimo o imaginario. Por lo tanto, la persona se obsesiona y pasa horas viéndose al espejo pensando en cómo corregir ese defecto y aun así piensa que sigue igual.

La dismorfia corporal puede ser muy variable ya que un día te puedes ver y sentir muy bien y otros días puedes sentirte mal con tu cuerpo e imagen. Incluso durante el mismo día, puedes sentirte increíble por ratos y después obsesionarte con tu imagen porque no te gusta. 

¿Cómo surge la dismorfia corporal?

La dismorfia corporal puede surgir de experiencias negativas de la vida como burlas, comentarios sobre tu cuerpo, presión social, estándares de belleza o incluso en ciertos rasgos de personalidad perfeccionistas.

Todos en algún momento podemos pasar por este sentimiento de no verse como uno piensa. Las mujeres solemos sentirlo por la presión social de vernos de cierta forma porque nuestro estado mental fluctúa más por nuestro ciclo hormonal y pasamos de una emoción a otra tipo montaña rusa. La diferencia está en saber cómo gestionarlo o qué hacer para que esto no afecte y se convierta en un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Hay que ser conscientes de nuestra percepción, estado de ánimo y mentalidad en ese momento ya que todo esto influye muchísimo. Es una suma de factores externos que te hacen sentir que tú eres el problema. 

Por ejemplo, puede ser que tu familia o amigos hagan algún comentario, si viste algo en las redes sociales ya que actualmente es lo que más influye, quizás te viste en una foto que no te gustó, te comparaste con una foto del pasado o una falta de amor propio.

La mentalidad influye y tienes que pensar con qué nivel de exigencia te ves, cuánta presión te estás poniendo o en qué te estás basando. Por ejemplo, te enfocas en el cuerpo ideal que se supone “deberías” tener o en el cómo te “deberías” de ver según las demás personas o redes sociales. Entonces estás basando tu imagen con ese ideal que no es real y automáticamente te sientes mal, te criticas dura y negativamente, comenzando con ese diálogo interno tóxico y negativo.

Comprende a la dismorfia corporal para aumentar tu autoestima

¿Cómo saber si tienes dismorfia corporal?

Algunos signos para darte cuenta si presentas dismorfia corporal son:

  • Preocupación excesiva por una parte de tu cuerpo
  • Evitas verte en el espejo o por el contrario, te ves todo el tiempo 
  • Sientes que tu cuerpo no es normal o no es tuyo
  • Cancelas o evitas planes por la ansiedad que te genera cómo te ves
  • Nunca te gusta cómo sales en las fotos y evitas tomarte
  • No les crees a las personas cuando te dicen que no tienes nada
  • Te comparas constantemente con los demás 
  • Usas ropa más grande para cubrir tu cuerpo
  • Te pesas y mides constantemente
  • Tu humor cambia cuando observas lo que no te gusta, lloras, te frustras y te enojas.

¿Cómo se puede corregir?

Imagina que esto le pasa a tu hermana, amiga o alguien que quieres mucho: ¿qué le aconsejarías?, ¿cómo la ayudarías? Seguro le darías palabras de confort, de amor y compasión, pues ese mismo diálogo puedes tenerlo contigo mismo. 

Cambia ese dialogo interno negativo y toma ese consejo para ti, seguramente no le harías un mal comentario a alguien que quieres ni le alimentarías esa emoción o sensación difícil.

La terapia online: tu mejor aliada

Para poder cambiar ese diálogo interno, la terapia cognitivo conductual es nuestro mejor aliado ya que ayuda a reestructurar esos pensamientos obsesivos que te provocan dismorfia corporal. Cómo te ves es un reflejo de cómo te sientes por dentro. Si te sientes mal, te vas a juzgar y ver mal. Si te sientes bien, te vas a ver desde otra perspectiva.

Comprender en terapia con qué nivel de exigencia te estás comparando, percibiendo y tratándote podrá ayudarte a verte desde fuera para sanar lo de adentro.

Podrás darte cuenta de cómo te estás percibiendo en ese momento y que no es real, ya que lo que ves reflejado en el espejo no tiene por qué corresponder con la realidad. De hecho, casi nunca corresponde con la realidad porque nosotros sin darnos cuenta en un estado emocional lábil, tergiversamos mucho la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Por lo tanto, la TCC nos brinda las herramientas necesarias para poder controlar esos pensamientos negativos y por consiguiente cambiar nuestras conductas, mejorar nuestra salud mental y a su vez aprender a aceptarnos.

Recuerda que ante todo no debes auto diagnosticarte. Si conoces a alguien que le pasa o tú te identificas con algunos síntomas de la dismorfia corporal, busca ayuda ya que esto es una cuestión emocional. 

A veces puedes pensar que lo que necesitas es hacer más ejercicio, una buena dieta u operarte pero la verdad es que necesitas aprender a aceptarte como eres y trabajar con los pensamientos obsesivos que te generan esta dismorfia. No olvides que en CuidadosaMENTE podemos ayudarte.

Psic. Alma Hernández
Psicóloga clínica en CuidadosaMENTE

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *