Háblate con paciencia
Si llegaste aquí queriendo saber cómo ser paciente contigo mismo, estás en el lugar correcto.
¿Sabías que las palabras impactan de una manera impresionante? Especialmente las que más interiorizamos son aquellas que nos dice nuestra familia cuando somos niños y niñas.
Es por esto que te invitamos a que seas consciente de cómo hablas con las y los niños que tienes cerca, ya que esas palabras que les digas, se volverán piezas clave en sus vidas.
¿Cómo te hablas actualmente?
Para aprender cómo ser paciente contigo mismo, el primer paso es identificar cómo es tu diálogo interno.
Puedes hacerte las siguientes preguntas, intenta ser lo más honesta(o) posible y si te funciona, escribe tus respuestas en una libreta o en las notas de tu teléfono.
- ¿Sabes identificar tus pensamientos? ¿Son un diálogo, una imagen o una “voz interna”?
- ¿Ya los identificaste? Ahora responde: ¿Son agradables? ¿son desagradables? ¿te impulsan? ¿te detienen? ¿te regañan? ¿te juzgan?
- Si los pensamientos son sobre ti, ¿es una voz amable? ¿lo qué estás pensando se lo podrías decir a alguien más ya sea para bien o para mal?
- Cuando te enojas contigo misma(o), ¿de qué manera te hablas? ¿juzgarías a alguien a quién quieres mucho de la misma manera en que lo haces contigo? ¿creerías que no tiene derecho a equivocarse?
Ahora que has respondido a estas interrogantes, te invitamos a realizar una reflexión.
Cuando compras una planta y quieres que se mantenga en excelente estado, pides alguna recomendación a los expertos y estos suelen abordar el tema del riego, la cantidad de luz necesaria para que crezcan y además nos dicen:
“¡Háblales bonito!”
En un inicio puede parecer algo sumamente extraño pero si lo llegas a hacer, verás que funciona.
Ahora imagina ¿qué pasaría si en vez de a una planta, le hablaras bonito o amable a la persona del espejo?
Piensa en el potencial que podría florecer de esa persona, es decir, de ti.
Hemos normalizado hablarnos terrible, de hecho, te aseguro que ni siquiera a nuestro “peor” enemigo podríamos decirle y desearle las cosas que nos decimos a nosotros mismos.
Es triste, ¿no crees? Pero no te desanimes, eso tiene solución.
De crítico negativo a crítico positivo
¿Qué clase de crítico eres contigo mismo?
Crítico negativo: Es aquel que no te impulsa, te señala los errores, te dice que no puedes hacerlo por ti mismo. Este tipo de crítico no te permite aprender de tus errores.
Crítico positivo: Te permite reconocer tus errores, preguntarte qué es lo que has aprendido de ese error y te realiza una autocompasiva invitación a la reflexión sobre tus decisiones. Este crítico te ayuda a ver alternativas y buscar la manera de mejorar y ser tu mejor versión.
Te invitamos a pasar de ser tu peor juez a tu mejor impulsor haciendo lo siguiente:
- Date cuenta de qué manera te estás hablando, permítete realizarlo honestamente. Si resulta que te hablas con crueldad, guarda la calma, es una conducta aprendida que puedes cambiar.
- Cuando vuelvas a identificar que estás siento un crítico negativo contigo mismo (cosa que sería totalmente normal), para por un momento e intenta hacerlo diferente. Es paso a pasito, no desesperes.
Estos dos sencillos pasos son un primer acercamiento que te permitirá conocer cómo ser paciente contigo mismo, hablarte con amor y auto respeto.
Recuerda que las palabras impactan mucho en nuestro ser, si bien no será un camino fácil, recuerda que eres un humano que puede tener errores y eso no te impedirá aprender de ellos.
Comienza a tratarte bien, te darás cuenta de lo diferente que se siente cuando eres amable contigo mismo.
Empieza a impulsarte y verás como poco a poco te convertirás en tu aliado más grande.
Finalmente, te compartimos un video que te ayudará a reforzar lo anterior y realizar afirmaciones positivas acerca de ti mismo.
Te invitamos a poner en práctica todo lo mencionado para mejorar cómo ser paciente contigo mismo. Si se te llega a dificultar algo, no dudes en escribirlo en los comentarios.
¡Estamos contigo!