En la actualidad, la mayoría de las personas empezamos el día con la alarma del celular y en ese momento empieza el ritmo frenético de la vida. “El correo y el WhatsApp tienen mensajes de entrada”, “tienes 20 notificaciones nuevas en Facebook y 30 en Instagram”, “tu paquete está en camino”, “dejaste 3 productos en tu carrito de Amazon”, “Netflix te recomienda esta serie”, “tienes un cupón de $100 de Uber”, etc.
Además, tenemos que lidiar con la vida misma, llevarnos bien con nuestra pareja o familia, preparar la comida, limpiar la casa, desplazarnos en medio del tráfico, cumplir con las obligaciones de la escuela o el trabajo (no nos vayan a correr o reprobar). Y como cereza del pastel, tenemos que ser fit, ir al gym o la yoga, continuar con nuestro desarrollo emocional y profesional, ver noticias, saber qué es tendencia.
Y después nos preguntamos qué nos está pasando, porqué nos sudan las manos, sentimos una presión en el pecho, tenemos dolores estomacales, no podemos respirar, tenemos mucho calor, nos tiemblan las manos y no podemos dormir.
Estas respuestas corporales (síntomas) son completamente reales y son la consecuencia de tratar de lidiar con todo lo descrito anteriormente y se pueden resumir en una sola palabra: ansiedad.
La ansiedad es un trastorno emocional universal, millones de personas la padecen a diario sin importar su posición social, nivel económico o cultural.
Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma
Entendiendo la ansiedad
La ansiedad es la respuesta normal de nuestro sistema nervioso ante situaciones que pueden ser percibidas como peligrosas o amenazantes. De acuerdo con esto, la ansiedad es algo positivo y está aquí para ayudarnos. Entonces, ¿por qué nos hace sufrir tanto?
La ansiedad es una señal de alarma que nos avisa que algo en nuestro interior no está funcionando bien y que tiene que ser visto. En este sentido, hay que comprender que mientras más luchemos en contra de la ansiedad, mientras más nos resistimos a ella, mayor será su respuesta.
Inicialmente será solo un susurro, después un diálogo y finamente se convertirá en gritos si no es atendida a tiempo. Por eso es importante aprender a escucharla.
Tres técnicas de relajación para reducir la ansiedad
Antes de querer empezar con cualquier técnica de relajación para reducir la ansiedad, lo más importante es dejarla entrar, no resistirnos a ella, escuchar qué nos quiere decir, de donde viene, hacer plena consciencia de los síntomas físicos y psicológicos que estamos sintiendo. Esto reducirá su intensidad y estaremos en una mejor posición para que cualquier técnica para reducirla funcione mejor.
Ejercicios de respiración
Aunque parece algo obvio, la respiración es una de las técnicas más sencillas y se encuentra al alcance de todos. Esta debe ser realizada de una manera profunda y pausada, permitir que el aire llene nuestros pulmones, reteniéndolo por unos segundos, para después exhalar completamente.
Meditación
No es necesario que estemos sentados en flor de loto, con una vela aromática y escuchando música relajante. Si podemos hacer una pausa en nuestro día, cerrar los ojos y hacer consciencia plena de nuestra respiración mientras nos situarnos en el presente, sentiremos los beneficios de la misma. La meditación es un estado de auto-observación pasiva.
Ejercicio
Esta es otra técnica sencilla que se encuentra al alcance de todos. Salir a correr, andar en bicicleta, nadar, ir al gym, pilates, etc. Hay muchas opciones. En casos de ansiedad lo mejor es no realizarlos de una forma competitiva y evitar pruebas de alto rendimiento como maratones o triatlones que impliquen el seguimiento de dietas y la modificación radical de estilos de vida.
Pero hay que destacar que no es necesario que el ejercicio tenga que ser una actividad física intensa. En muchas ocasiones con tan sólo salir a caminar y ponernos en contacto con la naturaleza habrá una notable mejoría.
Recomendación extra
Los abrazos son una técnica maravillosa para reducir la ansiedad y se sienten muy rico. Está demostrado que durante los abrazos se segrega Oxitocina la cual es conocida como la hormona del amor. Esta proporciona una sensación de bienestar emocional que reduce la ansiedad. No es necesario que tengas pareja para realizarlos, puede ser tu mamá, algún amigo o incluso tu mascota.
Para concluir...
Lo más importante es comprender que la paz viene siempre del interior, no hay que buscarla afuera. Los bienes materiales, logros personales, títulos, la posición social o económica pueden ser una puerta falsa en los casos de ansiedad:
“Cuando tenga esta cantidad de dinero, cuando tenga este puesto, cuando tenga pareja, cuando tenga una casa… estaré más tranquilo”, incluso pueden funcionar al contrario y ser detonadores de ansiedad al perseguirlos.
Es importante destacar que en el presente artículo se mencionan varias técnicas para reducir la ansiedad pero además de aprender a reducirla, lo más importante será comprender de donde viene y qué nos quiere decir.
La ansiedad es un proceso psicológico que suele tener su origen en miedos o experiencias traumáticas ocurridas durante la infancia, para explorarlas y poder sanarlas. Lo más recomendable es comenzar un proceso terapéutico.
En CuidadosaMENTE contamos con un equipo de psicólogos certificados con amplia experiencia para apoyar a personas con ansiedad. Así que si experimentas algunos de los síntomas descritos anteriormente y a pesar de realizar las técnicas de relajación sigue apareciendo, no dudes en empezar un proceso terapéutico con nosotros.
La paz es la nueva riqueza.
